"Con el puño cerrado no se puede intercambiar un apretón de manos."

"Con el puño cerrado no se puede intercambiar un apretón de manos."

La violencia es el miedo a los ideales de los demás. La humanidad no puede librarse de la violencia por medio de más violencia. No me gusta la palabra tolerancia pero no encuentro otra mejor. Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala, es el silencio de la gente buena. La verdad jamás daña a una causa justa. Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en èl. Un país, un civilización se puede juzgar por la forma en que trata a los animales. Los medios impuros desembocan en fines impuros. La verdadera educación consiste en obtener lo mejor de uno mismo. ¿Que otro libro se puede estudiar mejor que la Humanidad?

Todo lo que se come sin necesidad se roba al estomago de los pobres. Los grilletes de oro son muchos peor que los de hierro. El que retiene algo que no necesita es igual al ladrón. Casi todo lo que realicé es una insignificancia, pero es muy importante que lo hiciera. Para una persona no violenta, todo el mundo es su familia. El capital no es un mal en sí mismo, el mal radica en el mal uso del mismo. Gandhi


jueves, 25 de febrero de 2010

El gramscianismo.

El esfuerzo de Antonio Gramsci, filósofo político italiano, marxista, fue socavar la cultura tradicional cristiana.

La educación gramsciana promueve un currículum "políticamente correcto" y los estándares académicos son reducidos conscientemente.

Se manipula y desacredita a las instituciones tradicionales y a sus representantes. La moral, la decencia y las virtudes ancestrales son ridiculizadas sin respeto.

Los miembros del clero más conservador son catalogados de hipócritas, ignorantes de la realidad actual, remilgados y como pocos tolerantes. La familia es caricaturizada y se la analiza como una institución que somete a la mujer y a los niños.


Por lo tanto, la cultura de una nación deja de ser una columna de integridad y de herencia histórica. Y sus figuras simbólicas y patrias deben ser sometidas a un agudo escrutinio por parte de los nuevos intelectuales que promueven un modelo de pluralismo social condenando a la cultura de raíz tradicional cristiana, repudiada por esta nueva ideología.

El fin último del gramscismo: hacer desaparecer de la memoria colectiva las costumbres y tradiciones del pasado permutando el sentido común y logrando que las personas pierdan, paulatinamente, el sentido de los trascendente.
Para contrarrestar esta mente imperecedera de Antonio Gramsci, valoro el análisis valiente del señor Rojas, y me recuerda las palabras de Thomas Jefferson:
"El hombre que no teme a las verdades nada tiene que temer de las mentiras".

Posteado por: Francisco Javier Vargas Galindo 25/02/2010 09:14 [ N° 267 ]


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