En otra época los partidos políticos de la izquierda ganaban adeptos porque ofrecían que "si accedían al gobierno era para servir a los intereses de la clase trabajadora".Había de todo, desde obreros sindicalistas hasta profesionales en todos los campos, y de todas las edades.Para financiarse partían desde la exigua cuota de miembro, hasta recibir la ayuda de países con gobiernos izquierdistas, incluso debe recordarse que los "imperialistas soviéticos" a través de sus agentes "chorreaban" dólares a sus agentes destacados en nuestro hemisferio occidental..
La estrepitosa caída del gobierno de la UP y el exilio les cambio el panorama y la forma de hacer las cosas. Por alguna razón la mayoría de los antiguos y nuevos dirigentes de la izquierda chilena se las ingeniaron para adaptarse al imperio de la economía social de mercado, captaron muy inteligentemente que en el ejercicio de la oferta y la demanda se generan gastos y entradas y que con ocasión de asumir las tareas en la administración estatal este resultaba un medio para resarcirse de los gastos ocasionados en toda la campaña electoral necesaria para alcanzar el gobierno. Aprendieron muy correctamente que una elección es una acción de mercado.
Cuando partieron y se introdujeron en la labor administrativa del estado, poco a poco se fueron perfeccionando en la tarea de recuperar los dineros. Incluso se les abrieron nuevos horizontes, se despertaron apetitos y ambiciones que hasta se les ha pasado la mano. Ha sido tal la capacidad desplegada que ante la presencia de un negocio tan bueno, al que la plata fluye por obra y gracia de las entradas y presupuesto del fisco, que comenzaron a emprender y arriesgarse en diferentes empresas que fueron ideando "sobre la marcha".
Seamos ciertos, los éxitos eleccionarios sustentados por inteligentes "think tank", las campañas mediáticas (con inversión y ganancia) dirigidas a vender los nuevos productos, tales como "demonización de Pinochet y el Gobierno militar" "las violaciones de DD.HH.","juicios a los militares", "supuestos robos'", "trafico de armas", "programas de ayuda social", "mejoramiento de vías ferroviarias", "puentes", "concesiones", entre otras, les insuflaron una cantidad incalculable de riqueza y estabilidad a cientos de miembros de los partidos políticos de la izquierda, a tal punto que han llegado a establecer sociedades con existencia legal con personal y oficinas exclusivas. Si se profundiza en el conocimiento de ellas se puede constatar que por lo exitosa estas sociedades han atraído capitales de aquellos que son sus contrarios en la arena política.
El cuoteo.
Existen algunos casos puntuales que son tan públicos que no se nos podría acusar de andar creando suspicacias ni inventando historias.
Cuando asume un nuevo gobierno hay un reparto de cargos, que se justifica especialmente cuando se trata de cargo de "confianza". Es dado que esto obedece a que se supone que el derrotado políticamente queda con la "bala pasada" y su lealtad no va de acuerdo con el que llega sino que es con el que sale (?). No debiera ser así pero esta característica es parte de nuestra humanidad. Es obvio que una nueva administración de gobierno en lo que se refiere a cargos directamente relacionados con el que preside no puede este prescindir de esta "confianza", pero en el caso de Chile son cerca de 8.000 los puestos de "confianza".
Y aquí parte el asunto, no puede haber repartición de cargos sin que medie la disputa .
Si hubiese sido un sólo partido el que hubiese asumido el gobierno, la disputa se habría dado al interior de la colectividad, dando lugar al "cuoteo", conseguido despues de ampliados, congresos , comités ejecutivos. reuniones sectoriales, lo que fuese necesario, para dejar a la mayoría del partido contenta.
Pero lo de los 90 no fue un sólo partido, fue una coalición la que tuvo que resolver lo del "cuoteo". Y a partir de las ofertas de personal disponible de los distintos partidos, los dirigentes de la coalición tuvieron que tomar decisiones. De cualquier manera los partidos tenían que meter su gente.
Las embajadas, los ministerios y sus subsecretaría, las intendencias, y las gobernaciones fueron y son los platos favoritos de este banquete llamado "cuoteo político".
Para muestra un botón.
El Partido Radical.
Con el triunfo de la llamada Concertación, en 1990: la embajada de Chile en Suecia fue reclamada para sí por el Partido Radical (PR) que alegaba tener mejores derechos para ello, pues controlaba la única organización chilena apoyada económicamente por el estado sueco, a saber, la Chilenska Riksförbundet. Y puesto que aquello hacía suponer presuntos vínculos establecidos entre los chilenos en el exilio y las autoridades suecas, le pareció al gobierno de Patricio Aylwin que el PR podría realizar una exitosa labor al respecto. En ese convencimiento, designó en el carácter de embajador chileno en Suecia al abogado de Concepción Carlos Parra Merino a quien el golpe militar de 1973 había sorprendido en Londres realizando algunas "labores" para el Gobierno Popular. No obstante, a poco de ese nombramiento, los contactos de Chile con Suecia no rindieron los frutos esperados y, a pesar que comenzaron a discutirse algunos convenios sobre seguridad social y tratamiento igualitario y se intentaron convenios para la venta de los aviones Jas-Grippen, los resultados no fueron los esperados. Las ayudas suecas que se pensaba afluirían a las arcas fiscales no se concretaron.
El Partido Por la Democracia y el MIR.
Este fue el momento que esperaba otra organización política, el Partido Por la Democracia (PPD) para hacerse presente.
En efecto. A poco de asumir Carlos Parra en calidad de embajador, regresó a Chile un exiliado que se había desempeñado como funcionario en el Instituto Latino-americano de Estudios Sociales de Estocolmo (LAIS o ILADES). Ex militante del MIR, sentía profundo desprecio por los demás exiliados chilenos a quienes no vacilaba en calificar de ‘marginales’. José Goñi no había perdido el tiempo; junto con separarse de sus ex compañeros de ruta, estableció lazos con personeros de la social democracia sueca vinculados a proyectos e instituciones humanitarias. Así lo había hecho en los primeros años de la dictadura un mapucista; así lo hacía Goñi para el período post-dictatorial.
El ex militante del MIR no arribó a Chile como un simple ‘retornado’. Por el contrario: llegó a tomar posesión de un cargo directivo del partido que había creado Ricardo Lagos (el PPD). Sus facultades contemplaban el derecho a designar a determinadas personas en cargos específicos de gobierno. En uso de las mismas, tomó para sí un trabajo relacionado con la protección del medio ambiente en el desempeño del cual se vio involucrado en un bochornoso enredo con el gremio de los transportistas. Constituye, hasta el día de hoy, un misterio el ‘fenómeno Goñi’ y por qué Ricardo Lagos lo consideró, desde un comienzo, su ‘niño mimado’. Lo cierto es que, al término del período de Carlos Parra, este personaje recibió la misión de representar diplomáticamente al gobierno de Chile en Suecia. La embajada pasaba, así, de manos del PR a las del PPD.
Los vínculos con Transnacionales.
Durante el desempeño de Goñi, un grupo de ex mapucistas, vinculado a la Telefónica de España, en Chile y a la transnacional Ericsson en Suecia, intentó pactar con ésta un contrato de suministro de bienes y servicios telefónicos para aquella en tanto se reanudaban las conversaciones sobre la venta del avión de combate sueco Jas-Grippen. Todos esos intentos fracasaron. Goñi, en tanto, se mantuvo prudentemente alejado de la colonia chilena. Sus contactos fueron con ex miristas que manifestaban estar arrepentidos de sus anteriores posiciones políticas y con elementos social-demócratas tanto suecos como latinoamericanos. Al término de su período, el cargo recayó sobre otro ex exiliado chileno en Suecia y miembro también del PPD: José Auth.
No puede decirse que la gestión de Goñi en Suecia haya sido poco exitosa. Si así se la hubiere considerado, el PPD no tendría hoy la embajada. Por el contrario, la acción de Goñi fue al parecer tan brillante que el ‘niño mimado’ de Lagos fue designado embajador de Chile en Italia donde comenzó sus labores buscando ganarse el apoyo de los sectores comunistas con la edición del libro ‘Los versos del capitán’, de Pablo Neruda.
La embajada una pertenencia del PPD.
En Suecia, entretanto, corrían otros vientos. José Auth, junto a otros miembros de la Concertación, había estado involucrado de alguna manera en la captación ilícita de dineros para la campaña electoral de Ricardo Lagos. Citado en dos oportunidades a declarar ante el juez que investiga en Chile el caso de los sobornos a los políticos además de ciertas malversaciones de caudales públicos, Auth terminó su período a mediados del año en curso, pero el PPD –partido armado por el Presidente Lagos- no perdió la embajada. Antes bien: en un acto sin precedentes en la historia democrática del país, otro militante de esa organización -el ex ministro de economía y secretario de la Presidencia Alvaro García Hurtado- fue designado para desempeñar el cargo de embajador.
¿Quién es Alvaro García Hurtado?
Comencemos diciendo que es hijo de Alvaro García Álamos, demócrata cristiano, ex gerente general de la Empresa Nacional de Petróleo ENAP. Hace algún tiempo atrás, y al momento de hacer abandono del cargo que desempeñaba, se auto asignó una indemnización cercana a los doscientos millones de pesos. Junto a otros militantes de la Concertación, García Álamos es uno de los protagonistas del llamado escándalo de las indemnizaciones y persona que se ha beneficiado con la legalidad legada por el Gobierno Militar; como muchos militantes de la Concertación manifiesta poco o nulo interés en colaborar con la derogación de las reglas dejadas por el régimen militar que tantos beneficios le ha reportado. Su hijo, Alvaro, no lo hace de manera diferente. De tal palo, tal astilla. Tras cumplir algunas labores como ministro de economía y secretario de la presidencia de la República, García Hurtado pasó a desempeñarse en calidad de directivo de las empresas organizadas por la Concertación o vinculadas a ella, entre otras, el grupo INVERLINK, donde también otro miembro de la Concertación cumplía labores directivas: el ex superintendente de las AFP Julio Bustamante.
García Hurtado se desempeñó en el carácter de presidente de la Aseguradora Le Mans, filial de INVERLINK.
Cuando, a principios de 2004, estallara el escándalo por robo de la información confidencial al Banco Central, y el alcalde de Viña del Mar Jorge Kaplán (demócrata cristiano) determinara retirar los 3.300 millones de pesos depositados en INVERLINK entidad involucrada en el escándalo, Alvaro García intervino, solicitándole no lo hiciera sino dejara pasar algún tiempo prudencial en tanto se resolvían los problemas de ese consorcio.
Kaplán accedió a la petición atendida la anterior calidad de ministro de quien la sugería. Fue aquel un grave error. La Municipalidad de Viña del Mar perdió toda su inversión, en tanto se hacía público el fraude al Banco Central y a la CORFO de 100 millones de dólares en documentos que los ejecutivos de INVERLINK cobraron indebidamente. García jamás estuvo ajeno a tales manejos. Es más: fue él quien instruyó al personal de INVERLINK de cómo debían ‘manejarse’ frente a los periodistas y a quienquiera que quisiese obtener información acerca de lo que sucedía en la empresa.
¿Por qué, entonces, García vuelve, en gloria y majestad, a hacerse cargo de la embajada de Chile en Estocolmo?
El PPD es el partido de Ricardo Lagos, por una parte. Alvaro García ha estado en esa colectividad, junto al presidente, desde los inicios de la Concertación. Y junto a Goñi. El PPD ha sido el partido que más fuertes vínculos ha contraído con la social-democracia sueca y, por ende, con la social-democracia europea. Tal fue el trabajo de Goñi que, más tarde, consolidara José Auth. Es el trabajo que corresponde continúe realizando un hombre de absoluta confianza del PPD para enfrentar con éxito las elecciones presidenciales que se avecinaban.
Dejémonos de eufemismos: una embajada es una oficina de negocios abierta a la captación de apoyo en el exterior.
Poco o nada importa que a su cabeza esté un político o un técnico destacado , lo que sí interesa es que haya una persona "de confianza" que reúna grandes cantidades de dinero y multiplique las relaciones internacionales; en suma, un sujeto que dinámica el mundo del comercio y de la especulación. Una persona capaz de servir de sostén eficaz a la campaña electoral que se viene encima. Porque las elecciones no son sino empresas gigantescas que requieren de grandes inversiones. Para enfrentarlas se requiere de captadores de dinero, especialistas en ‘marketing’, de individuos que respondan a los requerimientos del mercado y no pongan su empeño en mantener los clásicos patrones de la moralidad del pasado. La nueva moral de hoy esta relacionada a la economía y el lucro.
Alvaro García tiene esos rasgos, es un hombre que pudo servir de eficaz apoyo a las ambiciones de sus compañeros de ruta. Pudo ser, de esa manera, el ‘buen’ embajador de un ‘buen’ presidente.
Un chileno en Estocolmo, agosto de 2004
Los hechos fueron recopilados de una inserción en la WEB "El rol de una embajada"
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