La actividad sindical o gremial de los países desarrollados dista mucho de la actividad de partidos políticos o de la promoción de proyectos ideológicos.
La cultura social del siglo que enfrentamos obviamente que tendrá resabios del izquierdismo de ayer, y sí persisten en la praxis gramsciana, tendrán que ser desplazados obligatoriamente, no por cuestión de fuerza menos mal, sino que en el campo de las ideas.
El gremialismo o el sindicalismo moderno son un ejemplo, y lo de nuestro país viene a ser un patético develar de lo que la izquierda hizo mientras fue gobierno.
Toda la tropa de avivados que se las dan de dirigentes sindicales, han vivido en Europa y Estados Unidos, en Canadá, y conocen esta realidad. ¿Por qué cree que la han ocultado?
Cientos de ONGs en Chile han recibido financiamiento de esta mega-uniones laborales, pero en vez de usar los fondos correctamente se han dedicado a "lavar el cerebro de la gente".
Si usted sigue enterándose de otros gremios en los países desarrollados, en Australia, en Nueva Zelandia, se enterará de que manera los sinvergüenzas de Chile han profitado,y si el gobierno actual hace su parte, los Martínez y otros pasaran a la historia sin pena ni gloria.
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