Lo que se vio reflejado el 1 de mayo con el ridículo que hicieron los políticos y especialmente los dirigentes políticos-sindicales es la ya casi nula capacidad programática y estructural de las organizaciones que pretenden representar a los trabajadores Las añejas y obsoletas concepciones del sindicalismo o gremialismo no tienen respuesta a los nuevos desafíos de la actividad laboral.
En estos 20 años premeditadamente quienes gobernaron apuntaron a adormecer la vida sindical y gremial para proteger interese partidarios y de gobierno y el de sus socios económicos. Salvo contadas expresiones desafiantes de sectores radicales en la izquierda, que fueron acalladas en su momento mostraron algo de reivindicación de las necesidades de los trabajadores más pauperizados, no obstante por estar fuera de contexto con la realidad nacional, cayeron en la nada.
Hoy, los izquierdistas creen ver en la contradicción social, marcada por la diferencia espeluznante entre ricos y pobres que existe en Chile, una oportunidad para usar el sindicalismo como una arma política de la izquierda. Pero como ya dijimos, esa concepción añeja y retrógrada del sindicalismo no es respuesta a los cambios, a las transformaciones, a los avances.
Hoy el sindicalismo o gremialismo no puede cerrar los ojos frente a los nuevos métodos de producción, no puede cerrar los ojos frente a la competitividad global que enfrentan las empresas, el sindicalismo no puede obviar al "gigante productivos" del mundo izquierdista (China), desde donde deslealmente compiten esclavizando a sus trabajadores.
El sindicalismo o gremialismo no puede pasar por alto la situación de altas tasas de desempleo y/o subempleo que condiciona su condición organizativa.
La nueva dinámica laboral y los cambios ya mencionados nos llevan a enfatizar que quienes asuman la tarea de organizar y ser dirigentes de los trabajadores deben renunciar a las viejas prácticas y recetas política y estan obligados a velar por buscar y aplicar nuevas estrategias y respuestas a los requerimientos del sindicalismo o gremialismo en esta nueva era.
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