Paula Afani S.
Desde hace tiempo ha evitado la exposición pública y también a la prensa. Su última aparición fue el fin de semana recién pasado, cuando asistió, sin dar declaraciones, al velatorio de Rosa "Mitty" Markmann, viuda del ex Presidente Gabriel González Videla.
Pero esta semana decidió dejar de lado el silencio que se ha autoimpuesto para defender la memoria de su esposo, a raíz de la publicación del libro "La familia: historia privada de los Pinochet", en el que se relatan sucesos sobre el ex gobernante y antecedentes que -dice- constituyen "situaciones irreales, basadas en habladurías, para dañar especialmente la reputación" de su marido, "quien ya no puede defenderse".
A través de una carta enviada "a los chilenos", que "El Mercurio" publica en exclusiva, Lucía Hiriart desmiente tajantemente que los dineros del general (r) Pinochet hayan sido mal habidos o que una parte de ellos haya sido obtenida de comisiones por la venta de material bélico, como señala el libro. Asimismo, califica de "infamia" todo lo relacionado con los rumores de un supuesto sexto hijo que Pinochet habría tenido en Ecuador.
Este es el texto íntegro de la carta:
"A todos los chilenos:
En estos días se publicó un libro sobre nuestra familia Pinochet Hiriart, en el que, bajo pretexto de ser una investigación periodística, sus autores lucran con rumores que distorsionan la realidad, agregando con calumnias una cuota de fantasía. Además, añaden situaciones irreales, basadas en habladurías, para dañar especialmente la reputación de mi difunto esposo.
"El libro basa mucho de su contenido en publicaciones de prensa, escritas por personas que arrastran una gran cantidad de odio y que mienten públicamente, con el único objetivo de difamarnos frente a la opinión pública.
"A modo de ejemplo, en el texto se afirma que los dineros de mi marido fueron mal habidos, lo que en cinco años de investigación no ha podido ser probado en los Tribunales de Justicia. Se le atribuyen al pago de comisiones por ?transacciones de material bélico', lo que es absolutamente falso.
"No es menor la infamia que se comete al dedicar páginas al ?mito del sexto hijo', que se basa sólo en rumores, sin que se entregue antecedente serio alguno, con lo que sólo se busca denostar la honra de nuestro núcleo familiar.
"También se habla de todas las acusaciones judiciales que tuvimos que sufrir, imputación de la cual fuimos exonerados por resoluciones de la Corte de Apelaciones de Santiago y que fue ratificada por la Corte Suprema.
"Me llama poderosamente la atención que en este libro nada se diga acerca de la persecución política que nos ha tocado vivir en carne propia, con detenciones arbitrarias y falsas acusaciones, como malversación de caudales públicos y evasión tributaria.
"No estoy en contra de la libertad de expresión, pero no se puede utilizar este derecho para desprestigiar, con mentiras, a un hombre que ya no puede defenderse. Es especialmente por esto que decidí escribir esta carta, con el propósito de que se reescriba la verdad histórica como corresponde, en forma objetiva y sin pasión política, bajo una perspectiva real, y que considere todo lo que nos ha tocado vivir.
"En memoria de mi difunto esposo, Augusto Pinochet Ugarte, quiero hacer un llamado a la sociedad chilena a terminar con las odiosidades que se arrastran por casi 40 años".
La versión que relata el libro"Entre los numerosos secretos que Augusto Pinochet se llevó a la tumba está el nacimiento de un supuesto hijo que habría tenido fuera del matrimonio, mientras vivió en Ecuador". Con esa frase se inicia el capítulo "el mito del sexto hijo", que narran Claudia Farfán y Fernando Vega en el libro "La familia: historia privada de los Pinochet" (Debate/Random House Mondadori).
Según éste, en Quito circula hace décadas la versión sobre la existencia de un hombre que habría cumplido unos 50 años viviendo casi en la clandestinidad: "Ni las pistas sobre el gran parecido físico a su padre o el militar amigo que se habría encargado de él han servido para obtener el más mínimo indicio de su paradero".
Se dice que, a mediados de los 80, cuando la lucha contra el régimen militar chileno llegó a un punto extremo, el servicio secreto cubano consideró necesario indagar acerca de este hecho, que podía ser comprometedor para Pinochet.
Juan -como se llamaría- siguió la carrera militar igual que su padre, y su madre habría sido una pianista de la aristocracia llamada Piedad. Su nacimiento, dice el libro, habría sido una de las razones por las que, un año y medio después de su arribo a Quito, Lucía Hiriart habría abandonado temporalmente a su marido.
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