Y en el caso de la izquierda no estoy hablando de aquella cobardía que hace que “tiriten los pantalones” por miedo, esa es normal. No, estamos refiriéndonos a aquella cobardía de los apologistas y de los que se atreven con acciones de terrorismo y violencia, en la contingencia social y política en nuestras sociedades . Se trata de aquella cobardía que ha convertido a la ideología izquierdista en una aberración social.
Es la cobardía de la pasión sin afecto, aquella que transforma a las personas y los hace instrumentos de otros, sin saber, y sin querer al principio. Y lo que es más deleznable de esta cobardía es que esta ideología empuja, a quienes la viven y practican, a no poder y a no querer afrontar con la debida responsabilidad las situaciones negativas que se producen.
En este caso no podemos hablar que esta es una cobardía del orden genético, ningún ser humano nace malo, o adoctrinado con la izquierda, este es un asunto estrictamente de transformaciones producidas en los individuos debido a la influencia de otros, es decir el “carácter adquirido”, y obviamente la influencia del medio ambiente. En donde iniciativas y actividades quedan subordinadas a la voluntad de otros.
Quién no conoce todas las instancias que son aprovechadas por aquellos que como Altamirano y Salazar, los sujetos referidos en esta columna,han venido usando a quienes creen y confían en ellos como personas y líderes.
Esta cobardía debe ser nuestra preocupación porque la mayoría que es influenciada por ella, son “débiles de voluntad”, porque aún siendo que la pobreza de espíritu, resulta en el ser humano común en un engrandecimiento de sus facultades y el trato social al salir de ella, el adoctrinamiento izquierdista produce el efecto contrario.
Esta cobardía consideresmola conforme a lo que hemos sufrido de las consecuencias de las acciones de la izquierda, es una cobardía oportunista, cómoda e interesada, ya que el reflejo de ella, son todos los conflictos, tramas, dramas y sacrificios que ha tenido que soportar Chile primero, y la humanidad.
Cobardemente han asesinado, han revolucionado pueblos enteros, genocidios, persecuciones religiosas manteniendo vigente la idea que todo se ha hecho por hacer que las personas se adapten al izquierdismo,y acepten las “revoluciones sociales”que ha engendrado.
Y lo peor de todo en esto es, que cobardemente proclaman que todo se ha hecho por “liberar” las sociedades, de la explotación y la opresión.
Cuando son descubiertos en su cobardía, ocultan la “cabeza en la tierra como la avestruz” figura que en este caso, viene a significar en el hecho, solamente tragedias. Porque escriben, conferencian, producen películas, documentales, primero haciéndose las víctimas, segundo demonizando y estigmatizando a sus enemigos, y para nombrar una tercera, aunque existen más, son capaces de aliarse con quien sea a fin de ocultar sus cobardías.
No pensemos que los más recalcitrantes y adoctrinados han perdido la conciencia total de su cobardía. Estos personajes a sabiendas continúan en su derrotero, saben que sus actos traen consecuencia, incluso en estos tiempos de grandes avances utilizan todos los medios a su disposición para “medir las consecuencias”. Y así planifican y calculan como cobardemente podrán salir indemnes de sus actos, deslizando las culpabilidades y responsabilidades a otros.
Estos cobardes a pesar de que están dotados de todos los dones que como seres humanos normales poseemos, no los usan, a sabiendas prefieren terminar siendo personajes de baja valía moral, intelectualmente figurones y aclamados, pero en el fondo son mediocres, porque los reconocimientos y la admiración, mayoritariamente se gestan entre sus afines.
Ciertamente han existido y existen algunas excepciones, mas de los personajes izquierdistas que habitualmente nos toca discutir en estos foros, son en definitiva cobardes contumaces, que más que juicio regular, merecen toda con miseración existente lástima y perdón.
Porque después de todo las Ciencias Sociales y una de sus ramas, la Historia, tarde o temprano los ha dejado y/o los dejará al descubierto.
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